A partir del enfoque comunicativo y funcional la evaluación cambia de manera significativa. Se considera la evaluación como una manera de mejorar el proceso de aprendizaje por lo que se empieza a utilizar la evaluación formativa (a lo largo de todo el proceso se evalúa al alumno para que este sea consciente de las necesidades comunicativas que tiene que mejorar) y continuada (no se juega todo a un examen final). Esta nueva fase la he experimentado en mi última etapa de estudiante en la Pompeu y en algunas clases de inglés fuera de España.
Ya no se trata de evaluar la competencia sino la actuación del alumno. por lo que se dejan atrás las evaluaciones normativas. También empieza a evaluarse más al alumno por su propio progreso (evaluación ipsativa). Las evaluaciones se vuelven más subjetivas y pretenden imitar una comunicación real. Ahora es más difícil emplear una puntuación numérica y prima la evaluación cualitativa.
Estas dos últimas las experimenté sobre todo en las clases de la asignatura de "Mètodes Empírics per a l'estudi del llenguatge" de la Mª Dolors Cañada que realizamos a principios de este curso de Lenguas Aplicadas.
Qué exámenes, pruebas recuerdo y por qué?
Bueno, podría hablar sobre muchas pruebas evaluables que he experimentado. Por ejemplo, la del Proficiency porque fue muy larga; las pruebas de nivel que me tocaba pasar cada vez que me cambiaba de academia de lenguas, por su poca fiabilidad (Siempre percibía que me había tocado un grupo demasiado fácil o demasiado difícil).
Y se acabaron los exámenes!!
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