lunes, 30 de abril de 2012

Entrada 3- Vancouver y un nuevo enfoque en el aprendizaje de lenguas


El  verano pasado fue muy especial porque emprendí una nueva etapa lingüística. Lo nuevo era que esta vez no iba a ser yo la receptora de la enseñanza sino mis peques (de 9 y 11 años).  
Tengo que confesar que me fui con miedo.  No habían sido pocas las veces que nos habíamos ido a pasar unos días fuera, que se suponían iban a ser idílicos, y a los tres días empezaban a cansarse y a exigir volver a casa para estar con sus amiguitas. Entonces era cuando maldecías el momento que habías decidido gastar tanto dinero y tanto tiempo en planificar un viaje para ellas.


El viaje a Vancouver también era para ellas pero,  a diferencia de otros viajes, aquí tendrían que seguir madrugando para ir al colegio cada día y más de una tarde (incluyendo el fin de semana) la tendrían ocupada  para ir a entrenar a  un club de saltos de trampolín.  Todo ello lejos de sus amiguitas, de su papi y de su lengua.  Vaya que se avecinaba un gran desastre y, esta vez, sin posibilidad de volver a los dos días!!!  El viaje era de ida y vuelta pero la vuelta era a los dos meses.


Y empieza el cole!  Clases de 9 a 15hrs en el International  House.  Y mi sorpresa fue descomunal cuando día tras día las peques iban al cole sin ningún problema y muy contentas y satisfechas con su aprendizaje. 

Cómo ha evolucionado la enseñanza de lenguas extranjeras! El suyo era un enfoque mucho más funcional y comunicativo, en el cual primaba la sociabilidad e incentivar a los estudiantes a participar y practicar todo tipo de situaciones comunicativas. Les enseñaban, no sólo la lengua, sino la cultura del país.  Cada semana tenían un tema diferente.  Una semana era de gastronomía, otra de fauna, otra de conocimientos generales sobre Canadá. También, un día a la semana se iban de excursión donde tenían la oportunidad  de practicar su inglés en situaciones reales. 
Qué diferencia de mis clases de lengua en las que nos limitábamos a repetir, memorizar una serie de sonidos, silabas, palabras sueltas y un montón de reglas gramaticales fijas sin tener en cuenta su función social. 
Bueno, la verdad es que el viaje fue todo un éxito.  No sólo porque disfrutaron mucho de sus clases de inglés.  También disfrutaron de sus compañeros de saltos de trampolín, de nuestras excursiones, de la maravillosa gente que nos encontramos y de los amigos que las peques dejaron allí. Por cierto las peques se llaman Sara y Sabrina.

Bueno, y yo también disfruté mucho y practique mucho inglés. Me sorprendió la facilidad que encontramos para comunicarnos con todo el mundo.  Vancouver es una ciudad multicultural, acostumbrada a recibir nacionalidades y acentos de todo tipo. Sin duda, si tuviera que aconsejar un lugar para aprender y perfeccionar el inglés ese sería Vancouver.

Aussie Accent


Aquí tenéis una ilustración de cómo suena un acento australiano. Creo que lo que hace que sea tan diferente del inglés al que estamos acostumbrados es la entonación.  Siempre acaban la frase con una entonación más alta.  Me encanta oírlo.  Me recuerda viejos tiempos!

sábado, 28 de abril de 2012

Entrada 2- El baúl de los recuerdos de Dublín





En el Trinity College pasé muchas horas.  Algunas 
de ellas estudiando y muchas otras de charla con 
los universitarios o mis otras amigas españolas. 

En el Trinity encontraréis el libro de Inglés que utilice en Dublín para el First Certificate, un certificado 
de asistencia  de un curso de Inglés que hice a mi llegada, un certificado de mecanografía y el
certificado del curso de TEFL (Teaching English 
as a Foreign Language).que hice en  mi segundo viaje a Dublin    Aquí dejo un trocito de una 
grabación de un día de prácticas en este curso.



También me ha hecho gracia incluir una carta de recomendación que me dio Pat, la dueña del Bed & Breakfast donde estuve trabajando durante 2 años.  

Pat fue muy importante para mi en  mis dos últimos años en Dublín.  Además de ser como una madre, fue una gran amiga. Siempre estaba allí cuando la necesitaba. Compartimos muchas historias juntas.  

Me acuerdo de nuestras salidas para jugar a golf, de nuestras charlas en el Laundry room ...

Este post se lo dedicó a Pat,  que  recordaré siempre con gran cariño.


 

Me preguntaba si podía incluir algo sobre mis clases de arte en The Art School of Dublin en el apartado lingüístico. 

Bueno, por qué no? Seguro que algo aprendí, sobre todo vocabulario en inglés del cuerpo humano.

Aunque yo lo que más recuerdo es la vergüenza que pasaba cuando algunos de los modelos, algunos más esculturales que otros,  dirigían la mirada hacia mi justamente cuando yo tenía que dirigir la mía hacia ciertas partes de su cuerpo. Partes en las cuales, además, había de fijarme bien para después poder reproducirlo en mi lienzo :)

Y con esta postal, entre otras cosas,  me fui de Dublín. Volví a casa después de casi cuatro años en mi "Good Old Ireland".

 


Entrada 2- El baúl de los recuerdos de Australia





De Australia he encontrado el certificado de estudios de la academia donde fui a preparar el Proficiency, el carnet de la biblioteca donde solía ir a estudiar, alguna de las cartas recibidas durante mi estancia.   
 

También,  me ha hecho mucha gracia encontrar  el menú de un pub australiano donde trabajé de camarera en la parte del restaurante.  Uff, cómo me costaba entender lo que me pedían!!  El acento australiano era tan diferente del acento al que estaba acostumbrada.

 

viernes, 27 de abril de 2012

Entrada 2- Mis lecturas favoritas



 
Vaya, parece que esta vez, la mala costumbre de tirarlo todo me ha pasado factura!  No encuentro pruebas de mi pasado escrito.

Sí tengo presente en mis recuerdos los libros con los que más disfruté de la lengua inglesa.  Sé que es un sacrilegio, pero tengo que  reconocerlo, me encantaba leer los libros de Isabel Allende en inglés.  Leí muchos de sus libros y siempre lo hice en la versión inglesa.  Me encantaba el vocabulario y la manera de escribir de su traductora y aprendí mucho de sus lecturas.

También recuerdo haber leído y haberme emocionado muchas veces con los cuentos de Oscar Wilde. Conocéis el cuento del Príncipe Feliz, y del Ruiseñor y la Rosa? Son las historias más bonitas que he leído nunca.